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lunes, 4 de marzo de 2013

Vivencias (otra mas...)


VIVENCIAS

Caminata lenta, sentida y melancólica por Rivadavia desde casi Santiago hasta España al 100 (Tucson)- Sábado 2 de marzo de 2013.

                            Estas sentado en la cocina vieja de la casa de una de tus “viejas”…a tus 64 años en camino por un tobogán a los 65…Jubilado!!?. Y como antes te atreves a escribir ahora en segunda persona emulando a tu ídolo Paul Auster.
                            La notebook sobre una mesa estilo americano de los 60 con cobertura de “fórmica” y sillas mas que incómodas. Tu tia (casi madre) dice: “para que voy a cambiar a esta edad si ya falta poco para que muera!...esas son ondas!. Alli de inmediato te das cuenta lo que heredaste de esa tia madrina. Hacen 20°C “tucumanos”. Otra que sensación térmica las pelotas!! .estás transpirando como ayer a la mañana, cuando en el Ingenio diste una charla bajo el inclemente sol mendieteño (para colmo sobre manejo de matafuegos y con bateas con aceite viejo quemándose!!....la camisa mojada por el sudor y seguramente la presión en su escalón mínimo, cerca muy cerca del desmayo.
                            Y decidiste escribir pese al cansancio del viaje desde Jujuy hacia Tucson, porque “tu vieja” cortó el video cable ya que su vecino, o le roba o no le ayuda a pagar (generalmente van a medias al estilo tucumano!). Ergo no hay TV solo podés escuchar radio en un mal programa de sábado de radio –parece ser de Bs. As.-
                            Dejaste el auto en la cochera de siempre sobre calle Rivadavia al lado de la escuela primaria de tu niñez, adonde llegabas todas las siestas, entrabas a las dos de la tarde, de delantal blanco y en compañía de todos los que vivían cerca de tu casa, ya sean compañeros o no; pero eran la barra de “la” Monteagudo, los mismos integrantes de ese grupo que jugaban a la paleta en el Frontón Tucumán cuando llegaban de la escuela José Mármol, apenas después de las 6 de la tarde y hasta que ya casi no se veía la pelota (chiquita y negra aunque las paredes de la cancha fueran casi blancas).
                            Y te volviste caminando desde la cochera a la vieja casa de la calle España frente al Frontón, en donde como todas las noches de Sábado hay peña folklórica hasta las 6 de la mañana, pero esa música no es la que no te deja dormir; en cambio si es “imposible pegar un ojo” con la otra música la del Club Estudiantes, cuyas altas paredes colindan con la casa de tu Tia y de paso con la habitación en donde te toca dormir cada vez que vienes a Tucumán. Música que ahora te molesta a los 64, la misma eh! La misma que a los “teen” a los de tu adolescencia ibas a bailar desde el inicio de las noches de Carnaval producido como para la ocasión con pantalones Oxford, camisas ceñidas a tu flacura eterna, pelo largo, como “el extraño” del tema hippie” que se paseaba por Santa Fé (la avenida de los años Pop).
                            Fue de vuelta de la cochera que pasaste despacio muy despacio mirando hacia adentro del club de tus amores basquetbolísticos: Club Atlético Estudiantes…..vamos, juegue la cebra carajo!”….la camiseta era a rayas horizontales blancas y negras off course. Te sorprendió ver a gente mayor casi de tu edad, o de una década menor bailando la vieja música que no pasa de moda en esos clubes de barrio; como en Luna de Avellaneda la película del maestro Juan J.Campanella: Mambo N° 5, tangos por demás de viejos y clásicos, foxtroxs!!...baiones, cha cha chaes!! Y la permanente y molesta voz del locutor animador durante los tres minutos casi religiosos de duración del tema musical…Como antes….y ahí nomás te acordastes!! De la publicidad de los carnavales que para vos eran de ahora y NO “carnavales como antes!!...carnavales de Estudiantes!!” Que lo parió como pasó el tiempo te dijiste. Si tuviera que acompañar a alguien a bailar aquí y ahora, sería seguramente uno de los mas viejos, junto con el locutor seguro!...y con el que organiza ahora año 2013 esos bailes…probablemente unos de los muchachos de aquella época, pero de la barra contraria “los de la España”. En ese momento y a pesar de que la cosa recién comienza ya que son un poco pasadas las 12 de la noche, suena “La felicidad” de Palito Ortega. Más tarde solo más tarde sonará algún pasodoble o alguna tarantela que se ocuparán de “calentar” el ambiente del bailongo -decía tu abuela- “Hijo esos no se cansan nunca”. Como si vos no hubieras sido uno mas de ellos en esos casi gloriosos años setenta.
                            Claro que un poco antes, cuando recién habías dejado el auto en la cochera (guardería: en ese particular argot tucsoniano) y mientras caminabas desde Santiago y por Rivadavia hacia la España, mirabas los pocos naranjos que sobreviven, y recordabas los azahares en setiembre y las naranjas de mayo, con las cuales se agarraban “a naranjazos limpios” a la vuelta de la escuela, mientras el delantal perdía irremediablemente su blancura y “era un verdadero enchastre!” decía tu vieja cuando llegabas a casa, lo tirabas en el canasto de la ropa sucia y salías corriendo a jugar al frontón o al básquet en Estudiantes para aprovechar la última luz vespertina.
                            Cruzabas “la” Marcos Paz con sus veredas atestadas de gente, comiendo desde el tradicional sanguche de milanesa, hasta aristocráticas parrilladas y sofisticadas comidas árabes. En éste momento y siendo las dos menos cuarto de la madrugada del domingo suena un vals viejísimo, y antes apenas unos minutos antes había sonado “California Soñolienta” y hasta “Estoy Herido”, símbolos de la era Pop, Beatnik y… ya no te acuerdas que mas representaban…Miraste hacia atrás hacia tu izquierda y alcanzaste a distinguir el portón de hierro y vidrio de la casa de los Kirschbaum, una de las pocas junto con la de la señorita Juanita Serrizuela que todavía se mantiene en pie, ante la embestida brutal de los edificios en altura, los que hoy son ya un símbolo del Barrio Norte!!....tu barrio simplemente! nunca identificado con ese símbolo de poder que es de por si EL NORTE.
                            Mirar e identificar la casa de los Kirschbaum fue la parte risueña de la corta caminata melancólica hacia la casa de tu tia vieja…porque te acordaste que allí pasó su infancia tu ex compañero de Colegio…del Técnico nada menos: Ricardo Kirschbaum hoy otro símbolo pero de la Corpo!!...y aclaras aquí que es editor responsable de Clarín, aunque sabes que los que van a leer esto en tu Blogg son los que te acompañaron en tu niñez y en tu adolescencia y tienen tus mismos códigos. O sea lectura solo para unos pocos, como el cine de Fellini al cual le criticaste siempre de que escribía y filmaba solo para sus amigos!!
                            Que lo parió diría Mendieta!! Como pasó el tiempo…y parafraseando a no me acuerdo quien, decía: “Dios Perdona …el Tiempo No!!!”