La llamada! *
Escuchó el sonido
del teléfono porque estaba cerca. Se levantó a atender casi molesto ya que, debía
poner en pausa a la serie que estaba viendo a la vez que imaginaba la pantalla de
su celular en rojo diciendo: posible spam. Nó! era Ella. La mujer del óleo
del viejo Chagal, pero sin sombrero, claro. La protagonista de “la” parte
de su historia de amores ridículos.
Entre sorprendido
y asustado atendió. “Hola JM como estás?. Pensó: “ni bien ni mal”. Bien, dijo
sin embargo. “Tenés que venir no se aceptan pretextos, cumple años tu
amigo: Pedrito!”. Peeedrooo!, se acordó del sketch de Calabró. “Cumple 70 y estamos
invitando a todos los que queremos y recordamos de la mejor época de nuestra
vida. ¡Vos sos uno de Ellos”. “Por supuesto! JM, se escuchó la voz de su marido
Estaba con el altavoz puesto. Hubo casi un dialogo rápido -ininteligible -dirían
los subtítulos de su serie. sin embargo quedó claro el: “No podés faltar”.
Sonó a orden con cariño. Pensó: No tengo carnet y lo hizo como recriminándose
de no haber renovado el suyo vencido hace dos años o más.
“No puedo
ir en auto sin carnet y en Ómnibus imposible!”. ¿Es en San Lorenzo? “No en Salta!.
Alsina 345. En mi negocio No podes faltar! ¡Se va a ofender tu amigo, son los
70!”. Bueno balbuceó entre la “maraña” de pensamientos, cortos, no había tiempo
para los históricos. “No tengo carnet, alcanzó a pretextar en voz baja. No
lo escuchaba. Ella: “Vení con tu Señora!” Dijo entusiasmada. Eso le dio tintes
de formalidad al casi diálogo. Imposible pensó. No estaría para esa fecha. Y nunca
pensó en ir con Ella. Al contrario. Asi que salvados todos los escollos,
carnet, vehículo, tiempos, alojamientos varios, la vuelta al otro día Domingo:
No imposible!. Pensó en su eterno acompañante para esos eventos otrora “outside
the rules”. Y aun ahora!. Ante el silencio incómodo de ambos lados, solo
atinó a decir “éste teléfono, que lo pario!”. Si, dejame que piense como hago
para estar. Ella de nuevo: “¡Mirá que NO te perdono! Te esperamos, no puedes
faltar”. ¡Y cortó!
Quedó mudo
pensando a mil por hora. Carnet “trucho” únicamente. Los ex compañeros de
trabajo habían sido los que siempre le habían conseguido. “Eran otras épocas,
Inge” dijo Manolito el primero que contactó. El segundo -porque llamó de inmediato-
no bien cortara la llamada- puso el pretexto de que había perdido sus
contactos. “Además ahora está el carnet nacional, es casi imposible “truchearlo”.
A mi me cobraron 5000 hace dos años y fue gracias a la pandemia.
Dejó de lado
el tema carnet para pensar en lo mucho que perdería si no podía ir. Había hecho
contacto con Ella hacia unos dos años después de mas de veinte, pues consiguió su
celular. Aquella llamada hecha con temor por El, había sido -si bien duró pocos
minutos- de un goce enorme. Se tiraron datos actuales, mezclados con
recuerdos de hijos, familia amigos, muertos algunos, pero lo que más lo impactó
fue también aquella vez, ¡la casi orden… “Vení ya!, no podemos hablar por teléfono
todo lo que tenemos para contarnos. Imposible!” Bueno, balbuceó aquella vez
hacia dos años. Era plena cuarentena. Claro en otra época, quizás a los 40
agarraba el auto y sin decir nada a nadie ya estaría viajando. Apenas 110
km. había que recorrer para llegar a la meta: “regalarse recuerdos una mezcla
de casi prohibidos, hasta dolorosos y de contar hijos, nietos y hasta
biznietos. Triunfos y derrotas de vida. La vida, en definitiva.
Pero ahora había
que buscar una solución para estar allí ese dia, o en todo caso un pretexto
insalvable para no estar. Eso si sería fácil, aunque doliese. ¡Ya que no
habría otra oportunidad mejor, seguro!, pensó.
Con la
tormenta de recuerdos esa noche se fue a la cama, le costó conciliar el sueño.
O a lo mejor no quiso dormir para imaginar un posible viaje relámpago, audaz. ¡Como
antes! Al otro dia a primera hora, llamaría a su “pierna” de toda la vida
-partner- a sabiendas de la necesaria y suficiente cantidad de obstáculos
que El, su amigo, le pondría sobre el tapete y que servirían de auto pretexto
para no ir!.
Y así fue. Desde
la importante mentira pretexto de la mala salud de un amigo en otra provincia, hasta
el auto poco confiable, la inversión en tiempo y dinero. El poco confiable
estado de salud de tipos de 70 o más, que tendrían que conducir muchos kilómetros
para encontrarse en terreno neutral “sin moros en la costa” para desde allí
recién emprender la aventura, el viaje hacia los recuerdos que además de lo
seguramente placenteros, irrepetibles; apenas días después pasarían al terreno
de lo doloroso, ¡bah! No tanto apenas bordear la siempre peligrosa melancolía!.
¡Y ya no
podemos darnos ese lujo hermano!” y se atrevió al francés: “la santé d´abord”
Ref:
1- “La llamada” película del 2014 con gran elenco pero no tan buena crítica,
pero la protagonista de “la llamada “ del título bien podría ser una Susan Sarandon
Ref 2: “Melancolia” Estado
anímico permanente, vago y sosegado, de tristeza y desinterés, que surge por
causas físicas o morales, por lo general de leve importancia. Sinónimo: la
mejor: ¡saudade!