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jueves, 17 de agosto de 2023

Protegiendo a la clase media


¡El Café con leche y la casta!

A mis amigos que compartieron cafés distendidos y desayunos domingueros, también con amigas en situacion “de merecer” y, en los distintos lugares donde creo, disfrutamos de pertenecer a esa: “casta?” -diria Milei. ¡Probablemente!
O es que éramos todavía, una trabajadora clase media que, en una mesa de cuatro cafés con leche y un té con medialunas y bizcochos (tortillas en Tucumán o criollitos en Córdoba), y a la hora de pagar la cuenta, le hacias señas al mozo para que se acerque a tu mesa; el hombre en voz baja te decía y como para que no escuche nadie: “No! ¡Está todo bien, ya pagó el Señor!”
Y ahí se armaba el quilombo.” ¡Eh, porqué pagaste vos Chango, si vos siempre lo hacés! ¡Que sea la última vez!”
¿Cuántos años pasaron? ¿Casi veinte? ¡Si, es probable! ¡Me ubico en los inicios del Siglo XXI, quizás 2005 al 2009 o nó! También 2012.
Y fueron en varias mesas de Cafés y confiterías, de un listado de lugares que ahora enumero -olvidando a varias- de Norte a Sur: Orán, Tartagal, Embarcación, y Salta Capital
En Jujuy: Ledesma (El Parador), Desde Humahuaca hacia abajo Purmamarca y cualquier lugar de la Quebrada.
En Tucumán: el Café “Sir Harris” o “Las Palmas” o el mismo “Bar América” los mejores y quizás mas caros sanguches de ternera de Tucumán y alrededores.
En Córdoba: en cualquier Estación de Servicio en Dean Funes, Quilino, Jesus Maria o Caroya. Con mis amigos “gasoducteros”. ¡Era difícil pagar el consumo propio!, había que ser rapidísimo, porque cuando intentabas pagar el mozo te decia, insisto, en voz baja: “no Señor, ¡su amigo ya pagó!”
Ý parafraseando al Negro Olmedo: “Éramos tan Clase Media!” o quizás “éramos tan casta?

Amigos/as espero que mañana cuando vayan a votar, recuerden que ya no somos esa “clase media”. Ya nos pisaron la cabeza!. O nos dejamos pisar porque no nos dimos cuenta entonces que, “café con Leche con medialunas” era para otra parte de “la casta”





martes, 15 de agosto de 2023

Crónicas de familia

 

Había una vez una Luz…

(pero esta vez es Luz Clara del Valle… ¡Mi prima Lucy!)

                        El título de “mi prima” -asi en posesivo- lo ostenta en mis relatos Ella: Lucy, desde aquel 1973, y también en el cuestionado 1976 -el del golpe-, hasta el trágico 1982, todos años que fueron “jalones” en nuestra extensa relación de vida y complicidad espiritual.

                        Apelando a lo metafórico y llevando nuestra relación al mundo de la Fórmula Uno, ¡estuvo qué duda cabe! en algunos podios, en especial en esos años. En el resto, nunca se bajó del top ten. Fueron esos años en que la vida nos alejó. Sin embargo, la comunicación epistolar fue mucha y propia de esos tiempos: desde extensas cartas generalmente compartidas con su círculo íntimo hasta postales de Navidad pintadas por amigos de éste lado-el mío-, y valga un ejemplo: Noviembre del 76: una enorme tarjeta desde Bonn Alemania, con motivo de felicitarme por la graduación universitaria. La tarjeta tenía en la tapa un “avestruz” que recién sacaba la cabeza del agujero y decía en alemán: “Whi geht´s?” y adentro un párrafo de cada uno de los de su círculo rojo: su madre “la vieja Chabela”, su marido y primo del lado mío: “Pepe”, Gabriel para Ella, su propio y tierno párrafo y los de sus hijas Gabriela y “la negra” Carolina quienes todavía escribían con caligrafía de primaria.

                        Quizás no corresponda aclarar el porqué de mi “escrito”. Simplemente me levanté esa mañana de Domingo de fines de julio, pensando en Ella. He escrito en mi blog y en las “redes” panegíricos, homenajes -por decirlo de alguna manera- reconocimientos de amistad, de cariño de muchas de las personas que me acompañaron en el camino de la vida (¡cliché!, sorry); cuando en realidad fueron y son pasajes de vida que bordean lo autobiográfico. Sin embargo creo, debiera definirlos como textos, “relatos”, que retratan a esas personas en una especie de “unauthorized biography”, y autorreferencial a un mismo tiempo, que al hacerlas públicos -van al blog y a veces a Facebook- pretenden contarles a esas “gentes de cien mil raleas” (Serrat dixit) que estuvieron y algunas están, en el camino de nuestra relación; entre mi prima Lucy y Yo.

                        Pasó la barrera de los 80, Luz Clara del Valle Quintana (así se identifica en Facebook), nació un 3 de Abril “el ritmo tibio” según Baglietto, en Villa Benjamín Aráoz - Tucumán. Es Aries con mayúsculas: “Ser emocional que razona”. Bien. pero Aries! En el primer contacto con sus emociones y las mias, allá por el 73 en Constituyentes y General Paz -mitad capital, mitad provincia, en realidad justo en el borde- yo le invadía su círculo rojo los viernes a la tarde hasta el Domingo en la noche en que volvía a la rutina de becario en el “hotelucho” del Barrio de Monserrat.

                        ¡Allí en ese lugar y en ese tiempo comenzó una relación que nos permitió conocernos, tanto es así que hoy, y a través de los audios de WhatsApp y por el tono de voz y hasta el tema planteado, ya sabe lo que me hace bien! Confieso que solo conocí su mejor lado Aries: calidez, espiritualidad, hospitalidad, ¡y en Bonn su casa era la de todos! ¡Ahí la Patria eran ellos! ¡Otra que la Patria es el otro! 

                        Ternura desplegada al extremo cuando alojó a mi mujer e hijo allá por el 82 post accidente, Ella y su “team” de soporte: La Chabela y Gabriel. Madre putativa de mi hijo mayor y los otros dos: abuela y padre respectivamente.

                        Le hizo el “aguante” a mi familia corta (esposa y primer hijo), en aquel aciago año…y lo sigue siendo “hasta nuestros días”. Yo tendría que morir y resucitar… y, recién allí a lo mejor pueda devolver lo recibido de Lucy Bevacqua, aunque en Face aparezca como decíamos en los ingenios como “dama portadora de apellido”. Y ésto para nada es peyorativo, ya que en su caso lo porta como estandarte de su patria chica, la Villa Benjamín Aráoz.

                        Su departamento de Av. Santa Fé en Plaza Italia parecía de goma. Debe haber llegado a albergar hasta grupos de una docena de personas en sus mejores épocas. Entre ellas las identificadas por mi como post Bonn, donde allá por el 76 cuando estuvimos con Huguito Olgiati, era la capital de la República Federal de Alemania “la RFA”. Lógico su casa fue una especie de “Hotel de los Argentinos” (ver Piriápolis en Uruguay). Allí conocí e hice amigos como a las “Koehler girls” y algún que otro sudamericano especial como Publio Restrepo y hasta creo que llegué a enamorarme de una chilena: Rosarito Mardones.

                        Y con esto termino y solo pretendo bosquejar una especie de trailer escrito de “Lucy y los demás”.  La Lucy Ariana: hija, hermana, madre, tia, antes de ser abuela y hasta bisabuela, estuvo al lado de propios y ajenos. Testimonio de su empatía podrían dar muchos a los cuales conocí o los vi bajo su paraguas de protección: desde hermanos, tios y sobrinos hasta el propio Pepe, “Gabriel”, mi vieja “La Cuca” mi hijo Benja, su hijastro Maximiliano y el gran Juan Eduardo Capilla (Pedro) su sobrino del alma. ¡Sarava!

                        ¡Una mujer de segundo plano en fotografías, de deslumbrante segundo plano! Quizás por eso mi identificación con ella. Además de ser orgullosamente Maestra Normal Nacional, salida seguramente de una escuela de delantales blancos en su pueblo tucumano de 40 grados a la sombra. ¡Seguro fue alumna de 8 o 9 no más! ¿para qué más hermano?