Había una vez una Luz…
(pero esta vez es Luz
Clara del Valle… ¡Mi prima Lucy!)
El título de “mi prima”
-asi en posesivo- lo ostenta en mis relatos Ella: Lucy, desde aquel 1973, y
también en el cuestionado 1976 -el del golpe-, hasta el trágico 1982, todos
años que fueron “jalones” en nuestra extensa relación de vida y complicidad
espiritual.
Apelando
a lo metafórico y llevando nuestra relación al mundo de la Fórmula Uno, ¡estuvo
qué duda cabe! en algunos podios, en especial en esos años. En el resto, nunca se
bajó del top ten. Fueron esos años en que la vida nos alejó. Sin embargo,
la comunicación epistolar fue mucha y propia de esos tiempos: desde extensas
cartas generalmente compartidas con su círculo íntimo hasta postales de Navidad
pintadas por amigos de éste lado-el mío-, y valga un ejemplo: Noviembre del 76:
una enorme tarjeta desde Bonn Alemania, con motivo de felicitarme por la
graduación universitaria. La tarjeta tenía en la tapa un “avestruz” que
recién sacaba la cabeza del agujero y decía en alemán: “Whi geht´s?” y
adentro un párrafo de cada uno de los de su círculo rojo: su madre “la vieja
Chabela”, su marido y primo del lado mío: “Pepe”, Gabriel para Ella, su propio y
tierno párrafo y los de sus hijas Gabriela y “la negra” Carolina quienes
todavía escribían con caligrafía de primaria.
Quizás no corresponda
aclarar el porqué de mi “escrito”. Simplemente me levanté esa mañana de
Domingo de fines de julio, pensando en Ella. He escrito en mi blog y en las “redes”
panegíricos, homenajes -por decirlo de alguna manera- reconocimientos de
amistad, de cariño de muchas de las personas que me acompañaron en el camino de
la vida (¡cliché!, sorry); cuando en realidad fueron y son pasajes de vida
que bordean lo autobiográfico. Sin embargo creo, debiera definirlos como textos,
“relatos”, que retratan a esas personas en una especie de “unauthorized
biography”, y autorreferencial a un mismo tiempo, que al hacerlas públicos -van
al blog y a veces a Facebook- pretenden contarles a esas “gentes de cien mil
raleas” (Serrat dixit) que estuvieron y algunas están, en el camino de nuestra
relación; entre mi prima Lucy y Yo.
Pasó la barrera de los
80, Luz Clara del Valle Quintana (así se identifica en Facebook), nació un 3 de
Abril “el ritmo tibio” según Baglietto, en Villa Benjamín Aráoz - Tucumán. Es
Aries con mayúsculas: “Ser emocional que razona”. Bien. pero Aries! En el
primer contacto con sus emociones y las mias, allá por el 73 en Constituyentes
y General Paz -mitad capital, mitad provincia, en realidad justo en el borde-
yo le invadía su círculo rojo los viernes a la tarde hasta el Domingo en la
noche en que volvía a la rutina de becario en el “hotelucho” del Barrio de
Monserrat.
¡Allí en ese lugar y en
ese tiempo comenzó una relación que nos permitió conocernos, tanto es así que
hoy, y a través de los audios de WhatsApp y por el tono de voz y hasta el tema
planteado, ya sabe lo que me hace bien! Confieso que solo conocí su mejor lado Aries:
calidez, espiritualidad, hospitalidad, ¡y en Bonn su casa era la de todos! ¡Ahí
la Patria eran ellos! ¡Otra que la Patria es el otro!
Ternura desplegada al
extremo cuando alojó a mi mujer e hijo allá por el 82 post accidente, Ella y su
“team” de soporte: La Chabela y Gabriel. Madre putativa de mi hijo mayor y los
otros dos: abuela y padre respectivamente.
Le hizo el “aguante” a
mi familia corta (esposa y primer hijo), en aquel aciago año…y lo sigue
siendo “hasta nuestros días”. Yo tendría que morir y resucitar… y, recién allí
a lo mejor pueda devolver lo recibido de Lucy Bevacqua, aunque en Face aparezca
como decíamos en los ingenios como “dama portadora de apellido”. Y ésto para
nada es peyorativo, ya que en su caso lo porta como estandarte de su patria
chica, la Villa Benjamín Aráoz.
Su departamento de Av.
Santa Fé en Plaza Italia parecía de goma. Debe haber llegado a albergar hasta
grupos de una docena de personas en sus mejores épocas. Entre ellas las
identificadas por mi como post Bonn, donde allá por el 76 cuando estuvimos con
Huguito Olgiati, era la capital de la República Federal de Alemania “la RFA”.
Lógico su casa fue una especie de “Hotel de los Argentinos” (ver Piriápolis en
Uruguay). Allí conocí e hice amigos como a las “Koehler girls” y algún que otro
sudamericano especial como Publio Restrepo y hasta creo que llegué a enamorarme
de una chilena: Rosarito Mardones.
Y con esto termino y
solo pretendo bosquejar una especie de trailer escrito de “Lucy y los demás”. La Lucy Ariana: hija, hermana, madre, tia,
antes de ser abuela y hasta bisabuela, estuvo al lado de propios y ajenos. Testimonio
de su empatía podrían dar muchos a los cuales conocí o los vi bajo su paraguas
de protección: desde hermanos, tios y sobrinos hasta el propio Pepe, “Gabriel”,
mi vieja “La Cuca” mi hijo Benja, su hijastro Maximiliano y el gran Juan
Eduardo Capilla (Pedro) su sobrino del alma. ¡Sarava!
¡Una mujer de segundo
plano en fotografías, de deslumbrante segundo plano! Quizás por eso mi
identificación con ella. Además de ser orgullosamente Maestra Normal Nacional, salida
seguramente de una escuela de delantales blancos en su pueblo tucumano de 40
grados a la sombra. ¡Seguro fue alumna de 8 o 9 no más! ¿para qué más
hermano?