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jueves, 20 de abril de 2023

Tiempos de agresión en el fútbol...

 

Esto no es pá calientes!

                                   

                                 Boca Juniors de Argentina es el Bayern Múnich de Alemania. Porque a cualquiera de los dos le aflora la “mistica” en los momentos claves. ¿Eso pasó en el minuto 89 cuando hizo el gol Advincula? -el peor jugador de la cancha según nuestros periodistas deportivos pro Boca- (escuchar Radio La Red o Radio Mitre).

                                    Si, quizás sí, y aquí sirve la comparación con el Bayern. Éste no tiene a su hinchada jamás en contra de sus jugadores, ni de sus técnicos y quizás ni de sus dirigentes. Luego la mística de Boca es más grande y mas resistente a la traición que la del Bayern. Durante 80 minutos “La 12” esa barra única en el mundo, ¡ya que es generalmente y en la Bombonera más!, valga la redundancia “un jugador más!”,

                                    Esta vez “La 12”, no soportaría una nueva derrota del equipo y violó su propia regla, que digo; máxima: “jamás se puteará a un jugador de Boca”. A dirigentes, técnicos y cualquier otro colaborador del equipo si, ¡un jugador nunca!

                                    Repito esta vez fue “alta traición”, propio de violentos y cobardes, ¡que no se atrevieron a putear a su ídolo Riquelme y menos  a un recién incorporado técnico Almirón! Entonces según los entendidos y apelando a datos estadísticos quizás “flojos de papeles” dijeron, mas o menos esto: “hacia cerca de 30 años que no se escuchaba un cántico de ese tenor contra futbolistas del equipo xeneixe”. Y cito, de un artículo de periódico deportivo:

"Jugadores, la concha de su madre, a ver si ponen huevos, y van para adelante". Explotó la Bombonera con el 1.0 del Deportivo Pereira, en el final del partido. "La camiseta de Boca, se tiene que transpirar, y si no, no se la ponga, vayansé no roben más". Otro canto hiriente contra los futbolistas, que quedaron en el centro de la escena. Y una nueva versión: "jugadores, no rompan las pelotas, a ver si se dan cuenta, que están jugando en Boca".

                                    Boca, gracias a la intervención del árbitro uruguayo Andrés Matonte Cabrera, jugó un partido de tenis con una pelota de fútbol. Y de aquellos de Grand Slam “al mejor de cinco sets” de esos que duran 5 horas o mas y generalmente gana el mejor. Aquí no pasó eso. Ganó el que empujo con 12 jugadores en los minutos que van del 89 extendido -en el minuto +9 de los +11 que agregó el árbitro- como en un tie break de tenis.

                                    Con ese jugador extra “La 12” cantando el “dale Boooca, ¡dale Boooca!” infinito, incansable, pese a la “traición” de apenas minutos antes, el ya indefenso Deportivo Pereira fue derrotado: “A lo Boca” (dijeron los expertos) Lo siento Bayern vos corrés generalmente con el caballo del comisario por lo tanto tu sentido místico es más flojo, menos religioso.

                                     Vamos entonces a la relación entre política y futbol.

a)            El árbitro uruguayo, ¿escuchó las palabras de Anibal Fernández dichas apenas unos días antes? el 15 de Abril: “si gana la oposición (adversario, Pereira quizás?) las calles van a estar regadas de sangre y muertos”. ¿Tuvo miedo por los jugadores de Boca y dio los 11 minutos de alargue?

         Angela Merkel aunque hincha del Hamburgo, escuchó o leyó quizás las palabras del propio Anibal en el 2015, a un periodista que le preguntaba: si que pensaba sobre lo manifestado por Kristina acerca del apenas 5% de pobreza en Argentina. (¿por debajo de Alemania?). “Pero no te quepa ninguna duda chiquita!” espetó Aníbal Fernández.

Corolario: Lo siento Bayern vos no sos “Boquita”, tu mística es solo made in Germany, menos sangre, menos calor, ¡menos todo!

Nota: la foto que acompaña mi escrito es para el mejor jugador y mas persona aún del Boca que yo conocí!




viernes, 14 de abril de 2023

Entretiempo

 

Con las Fotos y la Escritura!  

                        A mí me pasa lo mismo que a muchos -felizmente-. Con la fotografía una vez tomada y analizada, aparece en el subconsciente ese: “a ver que tal salió?”. ¿Será cosa de eterno principiante?

                        Si, claro que llega ese halo de disconformidad, el que te dice que podría haber salido mejor. Como parafraseando a The Beatles “I should have known better”, que estos monstruos dicen en algún párrafo de su canción: “¿Sabes, debiéramos haber sabido mejor que no podíamos contar contigo” ¿Con quién, conmigo mismo como fotógrafo? Ese es el problema!

                        Por eso a veces me permito citar a fotógrafos que conozco y que dijeron: “mi mejor fotografía está por llegar!”. ¿y los escritores que se sentaron frente a la hoja en blanco unas horas y se quedaron en el intento?, quizás porque no hicieron el “acopio” necesario, de palabras, fotos, gestos, “nuages de mots”, ¡necesarios para encarar un texto! Si señores, esto lo aprendí hace poco en un taller sobre escritura. ¿Y si aún así no sale? Bueno al fin y al cabo: “mal de muchos consuelo de tontos”.

                        Pero eso si, unas veces, ¡unas pocas creo! terminé un escrito, sea cual fuese el tema aparece, ese sentido, ¿el sexto? Que te dice: “aquí está la posta”. ¡Y tengo algunos gracias a Dios! Sino quizás no insistiría en la escritura.

                        Analicemos la fotografía. ¡Cuánta disconformidad! ¿Cuándo comenzó ella? ¡No en la primera foto!; quizás apareció en la ciento noventa y pico o en la mil treinta y cinco, creo! Hay dos, o tres o cuatro, o catorce (14) número al cual soy adicto. ¡En que salieron “de puta madre!”. Y ya está, o estuvieron, así sin filtros, sin retoques.

                        ¿Y en los escritos? ¡También por supuesto! Como aquella vez que definí a una relación como “amores tranquilos”. No me caben dudas “el titulo justo” O cuando con un modesto teleobjetivo de 135 mm de mi Ricoh Singlex, saqué una de las últimas fotos del Concorde bajo los cielos de Paris, ¡casi fuera de foco! ¡Pero era “el click justo”, el que te hace palpitar el cuore a mil!

                        Lo que escribo: ¡el chorro de tinta justo! Lo que fotografío: ¡el click justo! Es, como yo le digo a mi hijo, después de llevar hacia atrás el palo de golf con buen o mal swing no importa, pero… ¡cuando está volviendo y, ya abajo e impactando a la pelota ese “tack!” ¡Único!, quizás entre decenas de intentos, pero la pelotita ya vá por donde tiene que ir. ¡No es necesario mirarla! ¡La Fe en el sonido tack!, que lo sentís no lo ves...eso es Fé? ¡Dicen los que la tienen que si! ¡Y, Si es asi “debiera haberlo sabido mejor”!

                        Nota: éste escrito se lo dedico a dos amigos amantes del golf: Luis Franchini y Danny Greppi.