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viernes, 14 de abril de 2023

Entretiempo

 

Con las Fotos y la Escritura!  

                        A mí me pasa lo mismo que a muchos -felizmente-. Con la fotografía una vez tomada y analizada, aparece en el subconsciente ese: “a ver que tal salió?”. ¿Será cosa de eterno principiante?

                        Si, claro que llega ese halo de disconformidad, el que te dice que podría haber salido mejor. Como parafraseando a The Beatles “I should have known better”, que estos monstruos dicen en algún párrafo de su canción: “¿Sabes, debiéramos haber sabido mejor que no podíamos contar contigo” ¿Con quién, conmigo mismo como fotógrafo? Ese es el problema!

                        Por eso a veces me permito citar a fotógrafos que conozco y que dijeron: “mi mejor fotografía está por llegar!”. ¿y los escritores que se sentaron frente a la hoja en blanco unas horas y se quedaron en el intento?, quizás porque no hicieron el “acopio” necesario, de palabras, fotos, gestos, “nuages de mots”, ¡necesarios para encarar un texto! Si señores, esto lo aprendí hace poco en un taller sobre escritura. ¿Y si aún así no sale? Bueno al fin y al cabo: “mal de muchos consuelo de tontos”.

                        Pero eso si, unas veces, ¡unas pocas creo! terminé un escrito, sea cual fuese el tema aparece, ese sentido, ¿el sexto? Que te dice: “aquí está la posta”. ¡Y tengo algunos gracias a Dios! Sino quizás no insistiría en la escritura.

                        Analicemos la fotografía. ¡Cuánta disconformidad! ¿Cuándo comenzó ella? ¡No en la primera foto!; quizás apareció en la ciento noventa y pico o en la mil treinta y cinco, creo! Hay dos, o tres o cuatro, o catorce (14) número al cual soy adicto. ¡En que salieron “de puta madre!”. Y ya está, o estuvieron, así sin filtros, sin retoques.

                        ¿Y en los escritos? ¡También por supuesto! Como aquella vez que definí a una relación como “amores tranquilos”. No me caben dudas “el titulo justo” O cuando con un modesto teleobjetivo de 135 mm de mi Ricoh Singlex, saqué una de las últimas fotos del Concorde bajo los cielos de Paris, ¡casi fuera de foco! ¡Pero era “el click justo”, el que te hace palpitar el cuore a mil!

                        Lo que escribo: ¡el chorro de tinta justo! Lo que fotografío: ¡el click justo! Es, como yo le digo a mi hijo, después de llevar hacia atrás el palo de golf con buen o mal swing no importa, pero… ¡cuando está volviendo y, ya abajo e impactando a la pelota ese “tack!” ¡Único!, quizás entre decenas de intentos, pero la pelotita ya vá por donde tiene que ir. ¡No es necesario mirarla! ¡La Fe en el sonido tack!, que lo sentís no lo ves...eso es Fé? ¡Dicen los que la tienen que si! ¡Y, Si es asi “debiera haberlo sabido mejor”!

                        Nota: éste escrito se lo dedico a dos amigos amantes del golf: Luis Franchini y Danny Greppi.




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