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martes, 12 de marzo de 2024

Vivencias

 

Acerca de los amigos que uno hace por éste camino, el de la vida no?

                        No me acuerdo la fecha en que lo escribí, sería casi a fines del año pasado. Recuerdo si que lo hice después del encuentro, en mi cuaderno de apuntes de inglés y allí quedó “escondido” hasta ahora, Marzo 2024 cuando retomé las clases, allí a la vuelta del lugar en donde nos cruzamos. Decía así…

                        Hoy me pasó algo hermoso o mejor: bonito! Me crucé con una amiga, excompañera del gym para Adultos Mayores de quien no daré el nombre, pues, lo que escribo ahora a lo mejor forme parte en el futuro -si es que hay un libro- del capítulo dedicado a los amigos de un supuesto intento de literatura autobiográfica, digamos…

                        Ella bajaba la calle Salta por ende yo subía. Aclaro que tengo la costumbre de decir subo o bajo una calle, según el sentido que toman las aguas de lluvia, independientemente de que la numeración de éstas suba o baje. ¿Se entiende?

                        “Yo a éste tipo lo conozco!” dijo cuando me divisó a unos 20 metros. Apuré el paso y la abracé, con ese sentimiento hacia alguien a quien no vemos hace mucho, mucho tiempo, y realmente era así. No nos veíamos en persona desde que abandoné el gym allá por el 2021, es decir post pandemia.

                        En cuanto a lo que sentí, creo que el abrazo no solo fue el de condolencia típico. Hacía una semana Ella había perdido a “su media naranja”. Hola querido mío!. Me dijo al oído. Yo: “La puta madre!” -en el suyo-.

                        Ella creo sabe -en el fondo- o espera, ese tipo de saludo de pésame de mi parte. ¡Si! casi como el título del libro de Claudia Piñeyro “Elena Sabe”. En éste caso pues la Profesora de Algebra sabe, que al enterarme de lo sucedido yo, Lusito, mirando al cielo diría: “pará la mano hermano! ¿Con las muertes injustas? Si!  ¡Ésta me parece injusta!, tanto como otra en la que yo había perdido sin saberlo hasta dos o tres meses despues, a una amiga que forma parte de esos seres de luz, que parecen ser señalados por ese circulito que en el video game de futbol, indica al jugador que lleva la pelota.

                        Creo que me puse en su lugar, antes -no ahora- el día en que me enteré de la muerte del Doctor -su esposo- y me acordé de la forma en que nuestros viejos, los nacidos a inicios del Siglo XX, al enterarse de alguna desgracia así se desquitaban con una frase dirigida hacia Dios y la virgen.

                        ¿Puedo haber pensado todo eso? en unos pocos segundos entre el acto de abrazarla y soltarla para ya mirándola a la cara decirle: Andá! ¡No puede ser! Allí cambió la expresión y viró hacia la de tristeza mientras decía, creo: “lo único que me tranquiliza es que no sufrió!”. La enfermedad se lo llevó en menos de diez días. Habíamos estado haciendo treking hace menos de un mes. Sus compañeros de fútbol no lo podían creer, ya que jugaba como uno mas con tipos de cincuenta o sesenta años y el tenía setenta y pico? No recuerdo. Que lo parió! Si, murió su media naranja. Frase vintage si las hay, pero es exacta para éste caso. ¡Eran para mí una pareja de esas que como las piezas de un rompecabezas encajan justo ahí! ¡Si ahí Doña Rosa!

                        Ambos descendientes de “tanos” que vinieron en los barcos a los que aludió Alberto, y que eran “fletados” desde algún puerto de la península.

                        La hija había llegado de Génova, creo que unos días antes según me contó en ese instante. Pensé: porque Diosito le avisó de esto carajo! De hecho algunos creemos que Dios sabe, o imaginamos que es Él, el que te llama cuando te tiene que llamar.

                        Ella es amiga y prima de amigos que hice cuando llegué a Jujuy -Capital- ; en su WhatsApp porta los dos apellidos tanos, y sin embargo canta “La Boheme” como los dioses o semidioses. Yo canto mejor por las dudas.

                        “Mi hija me mandó volver al gym con esas otras viejitas compañeras tuyas”, de allí vengo!, Y vos cuando volvés Luisito? MIrá que sos el varón del grupo 1112.

                        ¡Una onda vea! Es de hecho, una persona con brillo propio que perdió a otra con igual brillo. Bueno hasta aquí llego. Saravá profesora de Algebra, Saravá Doctor descanse en Paz. ¡Vamos a extrañar esa dupla!




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